Al día siguiente regresé a la
escuela, no vi a nadie conocido y tampoco tuve el valor de hablarle a alguien.
No sabía porque regresaba, quizás era porque sabía que cerca estaban algunos de
mis ídolos.
Regresaba casi todos los días, y por
suerte nadie se había dado cuenta de que yo no tenía absolutamente nada que
hacer ahí, me habría muerto de vergüenza si alguien me preguntara lo que estaba
estudiando o cualquier cosa así; y eso mismo pensaba casi una semana después
cuando veía la calle mojada, acababa de llover la noche anterior y eso quería
decir que yo había tomado una ducha, tomé un mechón de mi cabello y lo observé,
mientras pensaba en lo diferente que se veía al de las demás chicas.
-¿Tienes
fuego?
Volteé detrás de mí, de donde venía
la voz, para mi sorpresa, me hablaba directamente a mí. Era una chica que
parecía ser de mi edad, alta, con cabello café, ojos verdes y brillantes,
delgada y con bellos labios teñidos por un labial rojo.
-¿Y-yo?- le pregunté
nerviosamente.
-Sí, tu.
-No… oh…
creo que sí- busqué en mi abrigo- Tengo fósforos.
-Eso
servirá.
Se adelantó a tomarlos de mi mano
pero yo ya había encendido uno al verla sacar sus cigarrillos.
-Yo lo haré
por ti.- le dije gentilmente.
-Gracias-
dijo con una sonrisa.
Solo le respondí con una sonrisa
mientras ella fumaba su cigarrillo.
Esperaba que ella se fuera pero se
quedó ahí, en silencio, mirando a la calle igual como yo lo había hecho.
-Te he visto
por aquí- me dijo, cortando el silencio.-Pero no en clase, ¿estudias algo?
-Yo… no, no
estudio aquí, solo estoy… explorando.
-Oh,
explorando- dijo divertida- Cuéntame más sobre eso… ¿Cuál es tu nombre?
-Soy Annabel
Martin.
-Me llamo
Margaret Quinn, pensé que tu apellido era Smith.
-¿Por qué?
Señalo mi playera que leía “The
Smiths” y no pude evitar sonreír.
-Es solo una
banda- aclaré.
-Oh, jamás
había oído de ellos, ¿son rock and roll?
-Algo así-
debía tener más cuidado con esa maldita playera.
-Entonces,
explorando ¿eh? ¿De dónde eres? ¿A qué vienes a Liverpool? ¿Te estoy haciendo
muchas preguntas?
Reí con ella mientras tomó un
asiento, esto significaba una plática, y me ponía nerviosa, ¿qué tal si decía
la cosa equivocada? ¿qué tal si no le agradaba? ¿qué diablos le decía? Podía
decirle lo que yo quisiera, podía ser quien yo quisiera, podía fingir la
confianza si quería.
-Nací en
Oakley, Idaho, vengo a Liverpool porque no tengo dinero, me subí a un buque en
Nueva York y robaron mis cosas, estoy aquí porque no tengo dinero para seguir.
-¿Seguir? ¿A
dónde ibas?
Encogí los
hombros- Solo iba. Voy a donde pueda. Viajo aquí y allá, ya sabes, en lo que
pueda y como pueda.
Se veía fascinada y emocionada, sus
ojos se iluminaron mientras sacó otro cigarrillo, y esta vez me ofreció uno, el
cual acepté gustosamente.
-Como Jack
Kerouac- dijo extasiada, esta vez, ella encendió ambos cigarrillos.
-Exactamente
como él.
-¿Lo
conoces?
-¿A Jack? Ya
quisiera, traté de conocerlo cuando estaba en Nueva York pero me dijeron que
estaba en Italia, estaba esperando poder encontrarlo pero estoy aquí.
-Estás aquí-
repitió.- No deberías estar aquí, este no es lugar para ti.
-No lo sé-
dije, recogiendo una piedra y lanzándola.- Creo que me gusta.
Me miraba como si no podía creer que
alguien estuviera ahí por voluntad propia y mantuve mi boca cerrada, comenzaba
a sentirme incómoda.
-¿No
deberías estar en clase?- le pregunté.
-Quieres que me vaya, ¿cierto?
Enrojecí, no podía dejar que se fuera.-No, solo digo, supongo
que estudias aquí.
Encogió los hombros-No me gustan las clases.
-Me habría encantado estudiar arte, tienes suerte de estar
aquí.
-¿Qué estudiaste?
-Leyes.
Hizo
una mueca de disgusto y después reímos.
-Entonces te llamas Annabel…- le dio una calada a su cigarro
y sonrió.-“Y es que la luna nunca asoma sin traerme sueños de la hermosa
Annabel Lee; y las estrellas nunca se levantan sin hacerme sentir los
brillantes ojos de la hermosa Annabel Lee; y de este modo, durante toda la
nocturna marea, yo yazco al lado de mi querida –mi querida- mi vida, en el
sepulcro allá junto al mar, en su tumba junto al mar ruidoso”.
-Edgar Allan Poe.- le dije sonriendo, era uno de mis
escritores favoritos.
-Sí, mi madre solía leerme sus cuentos de niña.
Desde
adentro de la escuela se escuchó que se abrían y cerraban puertas, además del
murmuro de cientos de voces.
-Mi siguiente clase- murmuró.
-No deberías perderla- le aconsejé.
-Está bien- estiró sus piernas- De igual manera espero un
amigo.
Comencé
a sentirme más nerviosa cuando llevábamos más tiempo hablando, yo no era muy
buena con temas de conversación y además, ella me ponía nerviosa.
Platicamos
por algún tiempo más, y solo puedo adivinar que fácilmente había pasado más de
una hora.
-¡Oye Maggie!
Un
chico de su estatura, de cabello rubio y atractivo llegó corriendo.
-Rod idiota, llevo una hora esperándote. Annie, él es mi
amigo Rod, el que esperaba. Rod, ella es Annabel Lee Smith, mi amiga.- dijo con
una risita.
¿Annie?
¿Eso de donde había salido? ¿Y desde cuando yo era su amiga? Me parecía irreal
porque yo jamás le había caído bien a alguien, bueno, tenía varias amigas pero
solo puedo adivinar que la mayoría del tiempo me consideraban aburrida.
-Hola Annie, un placer.- me dijo, extendiendo su mano.
-H-hola Rod, igualmente.- dije, mientras sentí que me puse
roja y solo observé su mano, tenía algo raro por el contacto físico, no era
fanática y me ponía muy incómoda. Pero para que no pareciera que era una perra
sacudí su mano con una sonrisa.
-¿Eres nueva al instituto?- me preguntó.
-¡No Rod! Oh eso es un insulto, ella es fascinante, ella es
como Jack Kerouac, viene de Nueva York, es tan bohemia, viaja a todos lados.
Él me
miró con un brillo en sus ojos, parece que no todos los días llegaba alguien
así a Liverpool y me sentía algo culpable por mentirles pero ¿qué se suponía
que iba a decirles? “Hola soy Annabel
tengo 17 años, tengo ataques de ansiedad, depresión y he intentado suicidarme 3
veces, la última exitosamente, además, jamás salgo de mi habitación.” No
tenía el mismo aire.
-¿Dónde te estás quedando?- preguntó.
Mis manos
comenzaron a sudar, no podía decirles la verdad, era tan humillante.
-Rod eso no te interesa.- le contestó Margaret.
-Tienes razón, lo siento Annie; Maggie, ¿nos vamos ya?
-Oh… bueno, yo pensaba…- me miró de reojo, como si quisiera
seguir platicando conmigo.
Me paré
rápidamente y acomodé mi abrigo.
-Yo debo irme Margaret, fue un placer conocerte, a ti también
Rod.
-Espera Annabel, esta noche habrá una fiesta, podría pasar
por ti.
-Pero Maggie, iremos juntos a esa fiesta.
-Lo siento Rod, parece que Annie será mi cita- dijo Maggie
bromeando mientras las palmas de mis manos comenzaban a sudar.- ¿Qué dices?
Paso por ti a las ocho.
-A las ocho…- dije pensativamente.- ¿No sería imprudente de
mi parte atender? Apenas y te conozco a ti.
-No, vamos, será divertido.
-Dime donde es- le dije.-Y yo te veo ahí.
*grita internamente* no sé, este capítulo me gustó y espero que a ustedes también, muchas gracias a las que comentaron y leyeron y maría gracias por tu ayuda con esto y mi crisis ayer :D
*Sigue esperando a que Annabel se encuentre con Stu y con John* xD!!!
ReplyDeleteWiii ~(*-*)~ Es genial realmente, siento que te vuelves mejor con cada capítulo. Este es simplemente perfecto!
Y entiendo a Annabel con respecto a lo del contacto físico >.< akhdkjashdja
En fin, esperaré al siguiente capítulo. Esto empieza a ponerse interesante akhdkajs
Bye <3
Igual me gustó muchísimo. Pido a gritos que ya se encuentre con alguien como John, Stuart, Paul o George... Ya que Liverpool es muy pequeño, entonces(???)
ReplyDeleteAnnabel me cae re-bien a mí también. Joder, me llegué a *se me fue la palabra* AHHHHH, no sé... El caso es que cuando leí ataques de ansiedad, me dije: SALMA SALMA SALMA, AHÍ TE DESCRIBEN. Sé que no soy la única, pero no conozco a alguien más así u.u
¡En fin! Tienes que subir pronto, por favor.
Me encanta mucho la fic.
Besos ♥
My sweet love, casi no puedo comentar!! Lo siento, estoy desde el cel, así que no comentaré demasiado, solo diré que escribes divino, maldita diosa, y qie esta historia va perfectamente.
ReplyDeleteDe nada, es un placer ayudar con las crisis ;)
VOY POR EL OOOOOTROOOOO